segunda-feira, 21 de maio de 2012

Meu pai no corredor

Meu pai
no corredor

Na esquadria
do tecto branco
do chão branco
deserto

Meu pai
no corredor

Parado
no fundo branco
no silêncio longo
gelado
deserto

Meu pai
no corredor

de fato branco
suspenso
no entre-acto
da sombra branca
desperto

Meu pai
no corredor

Parado
na luz branca
asséptica
de olhar branco
petrificado
implora

Meu pai
no corredor

no meu peito
a face imberbe
aos vinte anos
nas minhas barbas
encanecidas
enfim
            chora.

Arnaldo Santos. Momentos (1958-2011). nóssomos. 2011


Mi padre en el pasillo

Mi padre
en el pasillo

En la escuadra
del techo blanco
del suelo blanco
desierto

Mi padre
en el pasillo

Parado
en el fondo blanco
en el silencio largo
helado
desierto

Mi padre
en el pasillo

de traje blanco
colgado
en el entreacto
de la sombra blanca
despierto

Mi padre
en el pasillo

Parado
en la luz blanca
aséptica
de mirada blanca
petrificada
implora

Mi padre
en el pasillo

en mi pecho
el rostro imberbe
a los veinte años
en mi barba
encanecida
por fin
             llora.

domingo, 13 de maio de 2012

Enigma

O teu enigma
não é o do espaço vazio
por entre os dedos

O teu enigma
é a nobreza do gesto futuro
quase escondido
nas palavras diurnas

O teu enigma
é líquido
quase como as formas que usas
todas elas
para dizer: inacabado
nunca fechado
na calmaria
da
paisagem.
ilha, 11 de maio de 2012

Rosa Oliveira. Affectum (2012)


Enigma

Tu enigma
no es el del espacio vacío
por entre los dedos

Tu enigma
es la nobleza del gesto futuro
casi escondido
en las palabras diurnas

Tu enigma
es líquido
casi como las formas que usas
todas ellas
para decir: inacabado
nunca cerrado
en la calma
del
paisaje.

domingo, 6 de maio de 2012

Luz

não atirem para o meu peito
palavras sórdidas palavras velhas
para o meu peito não atirem
palavras velhas palavras sórdidas

inventarei as minhas
no piso da cidade
no chão do campo
na escuridão da solidão.

para o meu caminho não atiren
palavras velhas palavras sórdidas
irei à busca da palavra
onde os homens desconhecem o grito
irei à busca da palavra
onde os homens cultivam no peito
as palavras que hão-de ser ditas:
ditas à janela da cidade
irei à busca da palavra
e direi o que se diz entre as paredes
para que da palavra nasça a luz.

não me atirem palavras sórdidas
palavras velhas
inventarei as minhas
e serei um pedaço de palavra.

João Maimona. Memória de sombra. nóssomos. 2012


Luz

no me arrojen al pecho
palabras sórdidas palabras viejas
al pecho no me arrojen
palabras viejas palabras sórdidas

me inventaré las mías
en el piso de la ciudad
en el suelo del campo
en la oscuridad de la soledad.

al camino no me arrojen
palabras viejas palavras sórdidas
iré en busca de la palabra
donde los hombres desconocen el grito
iré en busca de la palabra
donde los hombres cultivan en el pecho
las palabras que serán dichas:
dichas a la ventana de la ciudad
iré en busca de la palabra
y diré lo que se dice entre las paredes
para que de la palabra nazca la luz.

no me arrojen palabras sórdidas
palabras viejas
me inventaré las mías
y seré un pedazo de palabra.

quarta-feira, 2 de maio de 2012

O sol inclinado sobre a tarde

O sol inclinado sobre a tarde,
como o poeta debruçado sobre a varanda da memória,
levemente ardendo
e bebendo a vasta respiração da cidade,
lento como o próprio dia.
Tudo parece nos seus lugares, mas
eu capto um certo tremor criminoso
por detrás do oco ordenamento do tempo.

A tarde é propícia a suaves insignificâncias:
olhares sem malícia, gestos aprazíveis,
complacentes risos inócuos.
Uma angústia primordial espreita sob o sol,
mas apenas eu a descortino. Nada me escapa:
os amores em cálida gestação,
os ódios lançados contra as paredes, como
manchas estúpidas e pecaminosas,
a menstruação exaltada das mulheres.
Os sabores estupram os tambores e
somente eu os vejo.

Caminho movido subterraneamente
por uma sabedoria viva e sangrenta. Mas
só as pedras o entendem.
Abre-se o tempo sob os meus passos inaudíveis.
Estes homens saem dos edifícios e nem reparam
na inusitada inclinação solar. Apetece-me
pôr as vísceras de fora e gritar.

Na verdade, respiro como um velho feiticeiro africano
no coração ardente desta tarde estrangeira.
A luz levemente coada do dia
espeta-se como avisos subtis
em todas as minhas extremidades: os dedos, os olhos,
o estômago atravessado por um vento tremendo.
Até que, de súbito,
a multidão olha-me aterrorizada.
Mas só eu o percebo.

Escrito no Rio de Janeiro

João Melo. A construção do tempo. nóssomos. 2012


El sol inclinado sobre la tarde

El sol inclinado sobre la tarde,
como el poeta asomado al balcón de la memoria,
levemente ardiendo
y bebiendo la vasta respiración de la ciudad,
lento como el propio día.
Todo parece en su sitio, pero
yo capto un cierto temblor delictivo
por detrás del huero ordenamiento del tiempo.

La tarde es propicia a suaves insignificancias:
miradas sin malicia, gestos apacibles,
complacientes risas inocuas.
Una angústia primordial acecha bajo el sol,
mas sólo yo la vislumbro. Nada se me escapa:
los amores en cálida gestación,
los odios lanzados contra las paredes, como
manchas estúpidas y pecaminosas,
la menstruación exaltada de las mujeres.
Los sabores estupran a los tambores y
solamente yo los veo.

Camino movido subterráneamente
por una sabiduría viva y sangrienta. Pero
sólo las pedras lo entienden.
Se abre el tiempo bajo mis pasos inaudibles.
Estos hombres salen de los edificios y ni se fijan
en la inusitada inclinación solar. Me apetece
poner las vísceras al aire y gritar.

La verdad, respiro como un viejo hechicero africano
en el corazón ardiente de esta tarde extranjera.
La luz levemente colada del día
se espeta como avisos sutiles
en todas mis extremidades: los dedos, los ojos,
el estómago atravesado por un viento tremendo.
Hasta que, de súbito,
la multitud me mira aterrorizada.
Pero sólo yo lo percibo.